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DOCUMENTAL INÉDITO: Los Diablos No Sueñan - 1995 (Jacobo Árbenz Guzmán)
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History GT

DOCUMENTAL INÉDITO: Los Diablos No Sueñan - 1995 (Jacobo Árbenz Guzmán)

LOS DIABLOS NO SUENAN (Devils don´t dream) sobre Jacobo Arbenz Guzman, de Andreas Hoessli, Suiza/Guatemala 1995. Película que marcó la memoria en los 1990´s en Guatemala. De septiembre de 1954. Antes de su viaje al exilio jacobo arbenz, el derrocado presidente de Guatemala, se presenta a los fotógrafos despojado de su ropa interior: una imagen que se han visto en todo el mundo. Arbenz había llevado 1944 el éxito de la rebelión contra la dictadura militar, un régimen que oprimía a Guatemala desde el colonialismo. Arbenz, el hijo de inmigrantes suizos, fue celebrado como un héroe nacional. Elegido Presidente en 1950, arbenz no era miembro de ningún partido - él no emitir programas electorales. Pero él comenzó a cumplir con sus promesas a los agricultores tienen su propia tierra. " el primer acto de justicia desde la época colonial," Dijo Arbenz. En la década de 1950, con la intensificación de la guerra fría, entonces vice presidente Richard Nixon dijo, " Arbenz de Guatemala no es un presidente." Nixon lo llamó " un extranjero, manipulados por las potencias extranjeras." El joven presidente de Guatemala pronto fue derrocado, declarado traidor, y expulsado del país. El héroe de blanco, en los que el país ha puesto tantas esperanzas, había sido seducido; al menos esa era la versión oficial. Había sido traicionado por las potencias extranjeras, por los indios, por una mujer. Él no era un hombre, no un presidente. La discordia religiosas se resolvió, las viejas estructuras de poder, lo que se recoge y la guerra civil hizo estragos en todo el país durante más de 40 años. " una película indispensable de la generación más joven, y por la memoria histórica de Guatemala." - Eduardo Antonio Velásquez Cerrera, prensa libre (Guatemala) " Andreas hoessli captura la esencia de un país, Guatemala, que ha tenido su corazón destrozados y su alma destruida. Él le ha contado la historia de una terrible tragedia que es, en esencia, sobre los plátanos, pero cuyas consecuencias desafía la imaginación... Su retrato de la líder de la reforma nacional guatemalteca, Jacobo Arbenz, es una extraordinaria obra de arte. Y, sin embargo, a través de la magia alquimia de película, se ha convertido en uno de los más sórdido y vergonzoso episodios en la política exterior estadounidense en un homenaje a la extraordinaria resistencia de Guatemala." - Stephen Schlesinger, director del instituto de política mundial, y autor de "fruta amarga" La película de " Hoessli es un monumento de análisis e incluye una gran cantidad de fascinantes archivo de imágenes que el tiempo y las lecciones de la historia. Fascinante ver." -- Sheila Whitaker, festival de cine de Londres.
Buscando a Oscar / Finding Oscar (Masacre de las Dos Erres) 1982
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Buscando a Oscar / Finding Oscar (Masacre de las Dos Erres) 1982

Más que de encontrar al ser humano del título, Finding Oscar trata sobre la búsqueda de justicia. El documental narra a través de diferentes testigos la escalofriante masacre ocurrida en la aldea Las Dos Erres en Guatemala en 1982. En la matanza realizada por el ejército bajo el mando del general golpista Efraín Ríos Montt murieron 250 personas: la población entera. Las Dos Erres, ubicada en el departamento del Petén, fue fundada en 1978 como parte de un programa de distribución gratuita de tierras. A pesar de eso, la población rural, de mayoría indígena, vivía en la miseria más abyecta. Diferentes grupos se levantaron en armas contra la dictadura de Ríos Montt en los 80. En septiembre de 1982, guerrilleros de las FAR (Fuerzas Armadas Rebeldes) emboscaron un retén militar en un poblado aledaño a Las Dos Erres, asesinaron a 17 soldados y robaron 21 fusiles. La reacción del gobierno fue intensificar la ya de por sí fuerte presencia militar. Una señora en primer plano en una escena del documental Finding Oscar El ejército pidió a los campesinos de Las Dos Erres que los ayudaran a patrullar zonas aledañas. Ante la negativa de los habitantes, el ejército los acusó de proteger a los insurgentes. Con ese pretexto, el 6 de diciembre de 1982, cobijado por las tinieblas de la noche, un comando de Kaibiles (fuerzas de élite) atacó sin piedad. Despertando a golpes a los pobladores, encerraron a los hombres en la pequeña escuela de la aldea, a las mujeres en la iglesia, y a los niños de hasta doce años, los fueron lanzando uno a uno de cabeza a un pozo de 12 metros de profundidad. Durante el asalto que duró tres días, los campesinos fueron interrogados, torturados y fusilados; sus cadáveres echados también al pozo. Las mujeres fueron violadas y después lanzadas también al pozo. La aldea quedó reducida a cenizas. Tomó décadas descubrir los esqueletos de las víctimas. Como los militares se habían disfrazaron de guerrilleros cuando invadieron la aldea, el incidente se le adjudicó oficialmente a las FAR. Finding Oscar narra los titánicos esfuerzos que familiares de los masacrados han realizado a través de los años para exigir a las autoridades que traigan a la justicia a los verdaderos responsables. El último eslabón de la cadena es precisamente el Óscar del título. El documental arranca en un pueblo de Massachusetts, en la humilde casa de Óscar Alfredo Ramírez, un inmigrante indocumentado guatemalteco de 34 años. Óscar no lo recuerda porque tenía tan sólo tres años, pero uno de los soldados que participaron en la matanza le salvó la vida al quedarse con él. Óscar creció creyendo que era hijo del teniente Óscar Ramírez, quien al morir un año después en un accidente, lo dejó en manos de su madre. El niño creció rodeado de amor y teniendo una imagen idealizada de su supuesto padre. Sara Romero, una oficial del ministerio público que a pesar de no contar con el apoyo de sus superiores perseveró con las pesquisas, fue la que descubrió el paradero de Óscar. Romero sabía que la revelación iba a ser traumática para Ramírez, quien vivía relativamente feliz en Estados Unidos; estaba casado y tenía tres hijos. Romero decide contactarlo de todas maneras dado que, como le explica en una carta, su testimonio es indispensable para comprobar que lo que militares involucrados y arrepentidos dijeron sobre la masacre, era cierto. Las autoridades guatemaltecas insistían en desestimar el caso. El documental va intercalando escenas del presente con fotografías de Las Dos Erres antes de lo ocurrido. A pesar de la pobreza, los pobladores llevaban una vida tranquila y progresaban poco a poco. Es un gran acierto del director no narrar los hechos de antemano, sino ir desentrañando como un misterio el evento que se revela en su primer horror como un conjunto de osamentas recién descubiertas. La cámara nos va acercando poco a poco a un evento que sospechamos siniestro y cuya magnitud se nos va revelando en pequeñas dosis. Primero, observando el dolor de los familiares, y luego, a través de la confesión de dos soldados cuyo cargo de conciencia los lleva finalmente a hablar. Por otro lado, descubrimos que Óscar no fue el único niño en sobrevivir la masacre. Ramiro, quien hoy vive en Canadá, tenía cinco años cuando sucedieron los hechos y por lo tanto sí los recuerda y siguen atormentándolo. Lo más perverso de la historia es que Ramiro también se salvó porque otro soldado decidió quedárselo. ¿Por qué ellos y no otros de los más de 70 niños que había en la aldea? Por un detalle que nos revela el racismo intrínseco, la causa indirecta de la vulnerabilidad de poblaciones como la de las Dos Erres: tanto Óscar como Ramiro tienen la tez clara y los ojos verdes.
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